De pronóstico reservado

Emiliano Gonzaga

El PAN da por ganada la capital, Morena también. Cada candidato con sus encuestas asegura ir como puntero. Luis Nava dice llevar más de 20 puntos, Maximiliano García asegura que va a ganar por 10 puntos. Los dos pueden tener razón.

Me explico: el primero habla de mediciones con una muestra de más de 600 participantes, el segundo de una encuesta de seguimiento que vendría levantando desde el mes de enero y que cerró el 30 de junio con más de seis mil 400 entrevistados.

La encuesta del PAN se habría levantado entre el 13 y el 16 de mayo, la de Morena entre el 27 y el 30 del mismo mes ¿Por qué ambas pueden tener razón? Porque se trata de mediciones válidas para el momento de su levantamiento, eso lo sabe cualquier encuestador serio.

Hay una diferencia de 15 días entre ambas mediciones, la más reciente es la de Morena, lo que indicaría que es más cercana al comportamiento real del elector este domingo. Fue evidente que, en su recta final, la campaña de Arturo Maximiliano prendió y su posicionamiento creció ¿Qué tanto? Eso lo sabremos el domingo, por lo pronto es el candidato con los datos más robustos, por decirlo de alguna manera, no sólo son más recientes, sino que la muestra es diez veces mayor a las mediciones del contendiente panista.

Otro dato importante de señalar es que la encuesta del PAN fue cara a cara, en tanto que la encuesta de Morena fue telefónica. La posibilidad de que el entrevistado cara a cara fuera absolutamente sincero en sus respuestas es distinta de la sinceridad de quienes respondieron anónimamente a través de un Smartphone.

Por otra parte, está el alto porcentaje de indecisos, se habla de al menos un 30 por ciento o más de los entrevistados, dependiendo de la encuesta. Generalmente los electores queretanos mantienen su decisión de voto en secreto y, de acuerdo a quienes han estudiado el tema a nivel local, esto tiene que ver con que son reservados, pero también con lo poco cómodos que se sienten al decir que su voto no es a favor del partido gobernante, aunque tampoco garantiza que vayan a votar por la opción política que va en segundo lugar.

Debido a estas consideraciones y otras como el nivel de participación, es muy difícil que cualquiera de los candidatos cante una victoria tan contundente. La decisión final es de los electores participantes el domingo y la decisión que tomen ese 30 por ciento de ciudadanos que hasta el día 30 de junio (fecha de la última encuesta que se conozca) no había decidido su voto.

Los indecisos y un incremento de un par de puntos en la participación electoral, por ejemplo, (se prevé un abstencionismo del 40 por ciento) puede inclinar la balanza para cualquiera de las dos opciones punteras en la capital.

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