La construcción de un país sin corrupción

La palabra corrupción es conocida por la mayoría de los mexicanos o alguna vez hemos escuchado el famoso refrán: el que no transa no avanza, que hace referencia a una política del sistema donde la corrupción era una forma de obtener beneficios políticos, económicos, laborales, etcétera. Dejando que grupos o personas obtuvieran grandes privilegios o impunidad ante actos delictivos. Es por ello que se volvió un tema de promesa de campaña para algunos políticos; poner fin a la corrupción, hacer justicia o una administración transparente.

Hoy tenemos un gobierno que está cumpliendo con sus propuestas; una de ellas el combate a la corrupción, es decir, transparencia y cero impunidad. Muestra de esto es la estrategia que se está implementado desde la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público; iniciar procesos jurídicos desde la operación financiera, investigar movimientos bancarios sin meter a las fuerzas armadas y permitir que las instancias correspondientes hagan su trabajo, habla de un gobierno democrático que reconoce la autonomía de cada poder.

Implementar un combate contra la corrupción sin hacer uso de las fuerzas armadas es construir un México justo, libre y democrático. En un país que sigue doliendo de la inseguridad y la violencia, “la estrategia de casa limpia” es una construcción al bienestar de la sociedad mexicana.

Continuar con procesos penales de personajes como Emilio Lozoya, César Duarte, cada uno con su expediente y debido proceso, no solo es hacer justicia es mandar un mensaje a la clase política de México. Que al día de hoy se tengan 180 cuentas bancarias congeladas y con carpetas de investigación abiertas. Las acciones y estrategias en cada dependencia de gobierno es clara: “nada por encima de la ley” (AMLO), el acceso a la justicia es para todos.

Esta administración federal cuyo eje de gobierno es el bienestar; propone el combate a la corrupción para fortalecer el nivel de vida de las y los mexicanos, no se trata de atacar al detractor político, es hacer valer la Constitución política de los Estado Unidos mexicanos. Es por ello que en los estados y los municipios la ciudadanía debemos sumarnos y hacer uso de nuestras instituciones, derechos y representantes populares, exigir transparencia en los presupuestos, en las obras públicas, en los cambios de uso de suelo, en la impartición de justicia.

Continuemos construyendo un país justo, libre, incluyente y democrático.

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