La justicia social no es una utopía, es una realidad en la 4T

Las juventudes hemos tenido anhelos de un país mejor, donde todas y todos tengamos las mismas posibilidades de alcanzar nuestras metas y sueños.

Más de uno hemos tenido un luchador social que nos ha inspirado en la vida, en mi caso, es Ignacio Martí-Baró, un sacerdote jesuita y defensor de los derechos de todas las personas en nuestra región. Él nos convoca a hacernos cargo, a cargar y encargarnos de la realidad con inteligencia, usando como referente a la verdad para adentrarnos en la pobreza solidaria, la cual promueve la justicia liberadora de los pobres.

La justicia social no solo es el ideal de unos pocos, sino que es lo que realmente nos une como humanidad. Esto implica una mayor sensibilidad con las necesidades de los que están con nosotros y tener un espíritu comunitario. Andrés Manuel López Obrador menciona que todas las religiones tienen un mismo propósito y sentido: el humanismo, el amor al prójimo. Eso es la justicia social que, en esencia representa el ser fraterno con los demás, el ser solidarios y el no darle la espalda al que sufre.

En el gobierno de la 4T se entiende que no podemos estar en igualdad si tenemos poblaciones tan desiguales, por eso a las comunidades indígenas y rurales se les ha depositado la confianza para que sean administradoras de los recursos económicos y materiales, para que hagan uso de ellos y permitan que la economía local se active.

El programa de LEEN (La Escuela Es Nuestra) ha beneficiado a 170 mil escuelas, que muestra el compromiso y la responsabilidad del pueblo, demostrando así la democracia participativa, ya que son los mismos padres de familia quienes llevan la obra y reciben los recursos.

Otro ejemplo son las obras de pavimentación a través del INPI, que de igual manera por medio de los comités de cada comunidad, han realizado carreteras de calidad y adecuadas a sus necesidades, siendo por primera vez parte y supervisor de la obra. Y así podría seguir describiendo diversas acciones de nuestro presidente, que como siempre ha dicho pone en primer lugar a los pobres.

Por eso, las y los jóvenes en la 4T estamos movidos a convocar y provocar el cambio social, a ser agentes de transformación.

Tenemos certeza de que el inicio de la justicia social ha comenzado.

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