Las nuevas legiones de idiotas

En lo personal no me gusta escribir sobre FRENA porque me parece un grupúsculo de odio, sin argumentos y falta de respeto a los que no piensan como ellos.

Además, lo han demostrado, son consumidores de infodemia a más no poder.

Como escribía Nietzsche: “puedes enfrentar al mal, pero no a la idiotez”.

Presumen que son miles, pero a las afueras de la inauguración del nuevo hospital general de Querétaro, solo eran, cuando mucho, 60 personas.

Eso si, muy ruidosos.

Desde las ocho de la mañana fueron convocados con mantas y bocinas para demostrale al presidente López Obrador que “Querétaro no lo quiere”.

Pancartas con rechazo al comunismo de AMLO (sic), a convertir a México en Venezuela (recontra sic) eran proclamadas como verdades absolutas.

El problema es que presumen que son miles, pero será en las redes, porque en la calle, son pocos.

Están en su derecho a manifestarse, pero al sentirse dueños de la verdad, insultan y denostan.

Con bocinas, pedían a miembros del Ejército que custodiaban la entrada al hospital que “se portaran como mexicanos y quitaran al Cacas” (sic).

Inclusive increparon a los reporteros diciéndonos comprados y que no comunicamos la verdad.

Hasta agredieron a un reportero por hacer su trabajo.

Ni siquiera consideré decirles que transmitía en vivo sus gritos, porque estaban en estado de negación.

Llegaron temprano. Al pasar las horas, comenzaron a ser avasallados por los simpatizantes de la 4T que llegaron, poco a poco.

Los de FRENA son aguerridos, pero poco estratégicos. Se colocaron, por la comodidad de la sombra, en la acera de enfrente de la entrada principal, pensando que no serían opacados, al imaginar que, “ningún chairo vendrá porque no dejarán su venta en el tianguis por venir a ver al Cacas (sic)”.

Sus insultos fueron “Fuera el Cacas, fuera el Cacas”.

Cuando llegaron los primeros seguidores de AMLO, los insultaban y gritaban a los cuatro vientos que lo peor de la clase política está en Morena.

De pronto, llegaron ciudadanos de todo tipo para mostrar el músculo lopezobradorista.

Los de FRENA vieron impávidos que los superaban tres a uno los defensores de la Cuarta Transformación.

Además, se dieron cuenta que a pesar de haber llegado temprano, los mejores espacios para ser visibles ante el escrutinio público, estaban ocupados por los que ellos consideran mugrosos.

Por supuesto, lo único que les quedaba era invadir los espacios ocupados por los simpatizantes lopezobradoristas y con sus bocinas, intentar intimidarlos.

Pero estaban hombres y mujeres curtidos en las guerras de gritos y consignas.

Si los de FRENA tenían una bocina, los de enfrente tenían tres.

Si gritaban “Fuera López”, respondían “Es un honor estar con Obrador”.

Ante la invasión de miembros de FRENA a los espacios de los obradoristas, estos últimos no les importaba y tomaron la visita de AMLO como un pretexto para echar desmadre.

Para los obradoristas el enfrentamiento era fiesta; para los de FRENA era angustia.

Hubo señoras que hacían el saludo a la bandera para demostrar que son más mexicanas que la tortilla.

Otras comenzaban a persignarse, esperando que el Dios de la Intolerancia mandara un rayo que desapareciera a quienes soportaban el sol para ver y ser vistos por el Presidente.

Fueron superados en número y en consignas.

Por supuesto, en las redes sociales de FRENA proclaman que hicieron Patria y que pronto López Obrador renunciará ante “el repudio popular”.

“Los pejetes chairetes morenacos como siempre, léperos, groseros, vulgares y corrientes a morir”, “informan” en sus redes y chats.

Supongo que hoy el presidente no pudo dormir por la anatema de los FRENA queretanos.

Se dicen patriotas y biennacidos.

Más bien son víctimas de su propia infodemia.

No los une el miedo, el odio o el espanto, sino la idiotez.

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