Morena y su laberinto; PRI y PAN en calma chicha

Mientras que Morena se empecina en meter el pie izquierdo al derecho para tropezar, los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional preparan el relevo de sus dirigencias municipales en calma.

Sin sobresaltos.

Con civilidad política, pues.

Por el contrario, en Morena se les hizo bolas el engrudo.

Las caídas de sus listas de aspirantes a consejeros, el rasurado de las mismas, son cuento de princesas ante lo que vivirán este último domingo de julio.

Esos dos yerros embravecieron las ya de por sí agitadas aguas.

La apertura de Morena para la participación ciudadana en su vida interna resulta un arma de dos filos.

Vamos a lo que más nos interesa y afecta a los queretanos:

Con la lista de aspirantes validados, se polarizan las posiciones de los grupos de presión en dos, y quizá, tres o más bloques.

Los excluidos, algunos de ellos con miras de altura que lamentan la situación, pero reafirman su convicción ideológica, y otros que ya impugnaron o bien preparan ese recurso.

Otro grupo es el de neomorenos que preparan un -seguramente fallido- asalto a la cúpula morena que ya buscan y ofrecen candidaturas en el 24.

Está el bloque plural.

Integrado, de facto, por militantes que buscan y luchan por hacer realidad los postulados morenos.

Otro acuerdo tomado en CDMX que trastoca la renovación de dirigencias es la paridad de género.

Esto es en todo el país.

En el Querétaro que nos tocó vivir, se generaron remolinillos y despertaron ambiciones y sueños guajiros.

En todos los ámbitos hay mujeres y hombres valiosos.

Pero no todos con el perfil idóneo para asumir determinadas tareas.

Esto no lo entienden algunas morenistas que, en desmedida ambición, denostan a quienes observamos la vida política estatal.

Finalmente, una mención periodística no influirá en el voto de los consejeros que elegirán la próxima diligencia local.

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