¡Nos vamos a poner en plan cabrón!

El anuncio que hizo el gobernador Francisco Domínguez Servién, contrario a lo diagnosticado por el Gobierno Federal, seguirá Querétaro en semáforo epidemiológico en color naranja.

Pero eso si, se pondrán más estrictos.

O sea, se pondrán en plan cabrón.

De nuevo, esta decisión no pasa por un tema de criterios sanitarios, sino de cálculos políticos.

Sabe el gobernador que no tiene margen de maniobra para obligar a los sectores productivos volver al confinamiento.

Habría un costo social, económico, político y… electoral.

Ante los anuncios del jueves y viernes qué Querétaro, junto con Baja California Sur, Hidalgo, Jalisco, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí, Yucatán y Zacatecas, regresan a semáforo rojo, después de estar por semanas en color naranja.

Querétaro destacó como el estado con mayor movilidad en todo el país.

O sea, la gente sale, no importando confinarse si tienen la posibilidad de hacerlo.

Hay muchos que no creen en el virus COVID-19.

“No conozco a nadie que le haya dado”, “es una invención del gobierno para controlarnos”, “es una invención para hacer negocios con las mascarillas y las vacunas”.

Eso dicen los conspiranóicos de pacotilla.

Ante esto, no hay gobierno que pueda controlar la ignorancia y desconfianza del pueblo.

Empero, la forma que ha enfrentado el gobierno estatal el problema, ha sido una asíntota.

En otras palabras, no va en el mismo camino de la realidad.

Presumieron que estaban un paso adelante y adelantaron el confinamiento.

Iniciaron el reparto de despensas diputados sin escrúpulos, aprovechando para hacer propaganda electoral disfrazada de buena voluntad.

La diputada federal Sonia Rocha, la local Verónica Hernández, los alcaldes Alejandro Ochoa y Roberto Sosa, son algunos quienes han sido tan descarados, que los órganos electorales tuvieron que ponerles un alto.

A pesar de todo, la gente estuvo aguantando.

Pero pasaban las semanas y los gastos seguían.

Repartían despensas para aminorar el golpe en los bolsillos, pero comenzaron las denuncias de usos y abusos por parte de los municipios en preferencias a ciertos grupos.

Inclusive, señalaron que los mismos líderes hacían negocio en los registros para recibir una despensa.

Ya había presiones para que los negocios levantaran la cortina.

Pero el gobierno les decía “quédense en casa”.

Hasta que vino la carnita asada.

Craso error del gobernador Pancho Domínguez.

Obligado por la presión social, Gobierno de Querétaro optó por decretar el semáforo naranja.

Se atemperaron las cosas.

Después vino el video con las declaraciones del secretario de Salud Estatal, Julio César Ramírez Argüello, que informaba a empresarios que ocultaron el número de camas al Gobierno Federal, para evitar que les mandaran “foráneos” a sus camas.

Después dijo que no dijo, lo que dijo, sino que él se mal entendió y dijo otra cosa que no era.

Así de absurda la explicación.

Alimentó la desconfianza y las teorías de la conspiración.

Vino la negligencia de la presidenta de la Mesa Directiva de la Legislatura de Querétaro, Concepción Herrera Martínez, en negar primero que había casos de COVID-19; después murió un trabajador y que apenas se había enterado que estaba enfermo.

Dijo que ocultar los casos era por “ordenes de Pancho”.

Anunciaron con bombo y platillo a una mala copia del subsecretario Hugo López Gatell, haciendo videos dándonos clases de “entrenamiento social”.

Salvo los funcionarios gubernamentales y simpatizantes del partido en el poder, nadie le hace caso y hasta no saben que existe.

Hoy Pancho Domínguez anunció que Querétaro seguirá en color naranja, a pesar que el Gobierno Federal diagnosticó que está en rojo.

Se entiende la decisión de mantenerlo igual.

Los pronunciamientos de COPARMEX, Canirac, sectores de la construcción, asociaciones de comerciantes establecidos, todos en contra de volver al confinamiento.

Gobierno estatal midió el sentir de los grupos de presión.

Pero dejaron vacíos informativos que dejaron que la rumolorogía hiciera lo suyo.

Para el anuncio que dio el gobernador el domingo, pudo haberlo hecho desde el viernes en la noche.

Era de esperarse que seguía el color naranja como referente epidemiológico.

Pero ahora si “se van a poner estrictos”.

Espero que ahora si los choferes del sistema QroBus no dejen subir a personas sin cubrebocas.

Deseo que los camiones no estén atascados de usuarios, violando cualquier regla sanitaria.

Que funcionarios de los gobiernos municipales, como los de Corregidora, sean los primeros en poner el ejemplo y no hacer reuniones cuando hay la recomendación de no hacerlos.

Qué las autoridades de Protección Civil se den la vuelta a los antros disfrazados de restaurantes, que se atascan y solo cierran la puerta, para decir que ya no hay servicio.

El discurso del gobernador no dijo como se van a poner estrictos.

Es más simple decir que ahora si van a aplicar lo que habían propuesto como medidas sanitarias.

Que se van a poner en un plan cabrón.

Dicen.

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