¿Quiénes más?

Después del encarcelamiento del alcalde colonense Alejandro Ochoa Valencia y las filtraciones de presuntos actos de corrupción de Francisco Domínguez y Ricardo Anaya, por no mencionar el caso Caja Libertad, prianistas andan con el Jesús en la boca.

Será el Sereno pero en política no hay casualidades.

Muy pocas lealtades y, muchas traiciones.

Los amigos son de mentiras y, los enemigos, verdaderos.

Por eso las revelaciones, ciertas o no, de Emilio Eduardo Lozoya Austin, han puesto nerviosos a diferentes actores políticos, tanto de su partido, el Revolucionario Institucional, como de sus aliados de Acción Nacional.

Hablamos de Querétaro.

Francisco Domínguez Servién, gobernador actual, y Ricardo Anaya Cortés, habilidoso arribista en la estructura azul, son presuntos individuos corruptos.

Ellos sabrán defenderse.

Y sacar las manos del fuego entregando a cómplices o subalternos.

Esto preocupa a otros personajes que se prestaron a prácticas ilegales.

Además del caso Ochoa, la detención de Gabriel «El Gavilán» Olvera y la orden de aprehensión en contra de su hermano Mario, el exalcalde prista Mario Calzada, la legisladora Guadalupe Cárdenas, y otros servidores públicos, ha puesto a temblar a alcaldes y legisladores que vieron en la política la vía para enriquecerse.

En días próximos tendremos sorpresas.

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