Desesperados

El último fin de semana, tres actores políticos fueron unidos por la desesperación e incertidumbre sobre su futuro inmediato, en el club de golf tequisquiapense.

Los tres ya fueron diputados locales, uno alcalde, otro legislador federal y al igual que el tercer golfista, eterno aspirante a una presidencia municipal.

El sanjuanense Fabían Pineda Morales, el corregidorense Ricardo Astudillo Suárez y el emigrado del barrio bravo de Tepito, Juan Alvarado Navarrete, a la Tierra de las Palomas, entre palos y pelotas de golf lamentaron su inminente caída en desgracia.

Camioneta Bentayga Speed modelo 2019, propiedad de Juan Alvarado Navarrete

Vamos por partes.

El también hijo de notario público que disfrutó dos veces el dedo de José Calzada, primero lo llevó a la legislatura y luego a la alcaldía de San Juan del Río, tiene claro que en su partido, el Revolucionario Institucional, que está hecho añicos, su posibilidad de ser candidato, quedó sepultada en el pasado proceso electoral.

El eterno aspirante al CAM de Corregidora, el verde que de ecologista no tiene nada -es mayor su gusto por autos de cilindraje mayor- sabe que no fácilmente podrá alquilar su cuerpecito con los panuchos, como le gusta en Querétaro, para incrementar su patrimonio, pues la decisión de con quién se venderá su partido -los coqueteos con Morena son evidentes- le ata las piernas y no fácilmente podrá tener los pantalones en los tobillos.

Juan Alvarado Navarrete

Además, los morenos no olvidan que Astudillo viene atacándolos por encargo de Casa de la Corregidora desde hace años.

El tercer personaje en el green fue quien está acostumbrado a, dicen sus testaferros, comprar candidaturas y voluntades.

Juan Navarrete, que se deja ver en un vehículo de fabricación inglesa, con valor de seis millones de pesos, construye un hotel y plaza comercial frente al hospital del IMSS en Zaragoza y Cinco de Febrero, en la capital del estado, y realiza todas sus transacciones en efectivo, busca protección, impunidad e inmunidad política.

Nacido y crecido en el barrio bravo de Tepito, quien fue legislador por el Panal, conocido como Huicho Domínguez, ve que la militancia de Morena lo repudia.

También tiene claro que en el PT no tiene cabida.

Por eso se reunió ese trío de tres.

Para buscar una tablita que les permita seguir mamando de la ubre gubernamental.

Pero los votantes ya empiezan a abrir los ojos.

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