El principio del fin

La mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador fue diferente en Querétaro.

Había expectativa porque estarían el presidente y el gobernador Pancho Domínguez lado a lado.

Juntos, cuando el día anterior en la mañanera se proyectó, de nuevo, el video donde Guillermo Gutiérrez Badillo, cercanísimo colaborador del mandatario estatal, exhibido recibiendo pacas de dinero por presuntos sobornos a cambio de la Reforma Energética en 2013.

Esta mañanera para Pancho Domínguez, es el principio del fin.

Como gobernador.

En su carrera política, no hay muertos, solo cadáveres insepultos que pueden resucitar.

El pasado le alcanzó.

Emilio Lozoya implicándolo como uno de los legisladores que presuntamente recibió moches a cambio de su voto por la Reforma Energética en 2013.

El Señor Kors, alias Miguel Ángel Osorio Chong (presuntamente) o al revés, también presuntamente, siendo el abastecedor financiero para su campaña a gobernador.

Osorio Chong, secretario de Gobernación del priísta Enrique Peña Nieto; Francisco Domínguez Servién, senador del Partido Acción Nacional.

O sea, la validación de la existencia del PRIAN.

La difusión del video es un Obús directo a la imagen pública del gobernador.

Un Pancho Domínguez, echado para adelante y respondiendo sin ambajes cualquier señalamiento, tanto en su papel como opositor que como de mandatario, tuvo una respuesta a esto: silencio.

Mudez, aunque sea cruel, es también sentencia.

Solo informó en redes sociales, con un pantallazo de celular, que había despedido a su colaborador, qué no sabía de sus enjuagues, instruyó que lo investigaran y Pancho Domínguez es inocente.

Hizo lo que tenía que hacer. Sin embargo, si había un hombre institucional, leal y no movía un dedo sin conocimiento del gobernador, era Guillermo Gutiérrez.

Un hombre bueno que pecó de inocente.

El declive en cadena nacional

El martes 18 de agosto, en la conferencia mañanera, AMLO, alegando que no se ha difundido lo suficiente, volvió a mostrar el video.

Preparó el escenario para el sometimiento en lo privado.

Y, por supuesto, la institucionalidad en lo público.

El presidente dio la palabra al mandatario estatal.

Este tenía preparado el discurso expiatorio, como el éxtasis de San Juan de la Cruz.

Así, prometió estar más en los reuniones de Seguridad, de forma presencial o virtual, según si anda desvelado o no.

Agradeció el apoyo de la Federación.

Resaltó que el 80 por ciento de los homicidios y el 100 de los feminicidios, son resueltos.

Inició el discurso que a varios amigos, enemigos e indiferentes nos interesaba.

Nervioso al principio, dijo “siempre he dado la cara, más cuando se trata de calumnias. Emilio Lozoya ha intentado involucrarme en actos de corrupción, sólo con su dicho, al presentar un video en el que aparece una persona en la que deposité mi confianza por años. Lo removí de su cargo y di parte a las instancias correspondientes para que apele lo que a su derecho convenga. No tengo nada que temer, nada de qué avergonzarme y nada que ocultar”.

Ya encarrerado y con más enjundia, increpó “Nadie puede comprar lo que ya tiene, apoyé y presenté personalmente la reforma energética. No había necesidad de darme dinero por conseguir un voto que ya se tenía por convicción personal”.

Por supuesto, se victimizó y espetó: “atacan a Querétaro porque tiene un gobernador de oposición bien calificado, y Querétaro es un estado que no tiene ni una sola observación de la Auditoria Superior de la Federación o la Secretaría de la Función Pública. Hay prácticamente deuda cero, hay empleo, buenos salarios, por eso nos atacan. Este será el único posicionamiento público que daré al respecto”.

Por supuesto que es un gobernador bien calificado.

También hace seis años el entonces gobernador José Calzada era de los mejores calificados… y su delfín perdió la elección.

Del silencio pasó a la verdad histórica.

Brinco mortal que no dejaron pasar los reporteros.

En sus preguntas trataron que Pancho respondiera de forma más clara sobre sus presuntos nexos con los sobornos.

Pancho Domínguez respondió que ya dio su versión y no dirá más.

Un reportero, insinuó al gobernador que es una actitud cobarde no responder.

Vimos a un Pancho Domínguez echado para adelante, siempre respondiendo a cualquier señalamiento, a un Francisco Domínguez que se escondió detrás de la figura de AMLO.

Un gobernador miedoso.

Un mandatario que solo quiere estar su zona de confort.

La nota es que comienza el declive de Pancho.

Acción Nacional va a decir que se vio bien y como gran estadista.

Hoy no fue así, es un gobernador sometido.

AMLO no le va a demostrar amor, solo será como el padre que pondrá a trabajar al hijo a cambio de un beneficio.

Se verá pronto el costo de esa benevolencia.

Es el principio del fin.

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