La pandemia desatada por el nuevo coronavirus (nCoV-219) cumple 100 días desde que su aparición fue reportada por el médico chino Li Wenliang, pero sin que el mundo tenga una visión clara de lo que muchos llaman «el final del túnel».
Li envió a colegas el 30 de diciembre un reporte sobre una enfermedad no conocida, pero fue reprendido por las autoridades chinas por difundir rumores, hasta que la expansión de la entonces desconocida COVID-19, la enfermedad desatada por el coronavirus, llevó a la declaratoria oficial de emergencia.
Empero, el primer antecedente sobre el cual existe un mínimo de certeza se ubica el 17 de noviembre, el llamado «paciente cero», un hombre de 55 años de edad y que igual que Li, habitaba en la ciudad china de Wuhan, recuerda el South China Morning Post.
En estos tres meses, o casi cinco si el conteo se realiza desde noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OM) reportaba hasta las 2:00 horas europeas (00:00 GMT) de este jueves 1.44 millones de casos confirmados, con 85 mil 522 decesos.
Por su parte, la universidad John Hopkins, en Baltimore, Estados Unidos, estimaba hacia las 13:00 horas (17:00 GMT) 1.5 millones de casos con 90 mil 057 muertes, de acuerdo a su centro de Sistemas en Ciencias e Ingeniería.
La pandemia de COVID-19, denominada así por su propagación mundial en medio de la carencia de inmunidad de la mayoría de la población, sigue a la del virus H1N1, que entró en su periodo postpandémico en agosto de 2010 tras haber afectado a entre el 20 y 40 por ciento de la población mundial.
Tras su surgimiento en Wuhan, la enfermedad que genera el nuevo coronavirus nCoV-219 pronto alcanzó a los países vecinos de China pese a las medidas de cerrar fronteras o evitar la llegada de ciudadanos de ese país, salvo Corea del Norte, que a la fecha rechaza tener contagios.
Inclusive, este viernes 9 la parlamentaria Suprema Asamblea del Pueblo sesionará en Pyongyang, hasta ahora la única reunión en el mundo de decenas de personas que no parece vayan a guardar la sana distancia ni lo harán por videoconferencia.
China, por su parte, que debió detener sus actividades por alrededor de dos meses y con reporte de 83 mil 249 casos y tres mil 344 muertes de acuerdo a la OMS, comenzó en esta segunda semana de abril a reanudarlas, pero sin bajar la guardia ante casos importados.
La detención de actividades chinas ha afectado a la economía mundial, que necesita de sus importaciones, pero también de sus exportaciones.
En particular el mundo espera que la nación asiática expanda y agilice su producción de ventiladores, cuya demanda sumada por parte de Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia y Reino Unido para sus pacientes con problemas de respiración, llega a casi un millón de aparatos.
Solo Nueva York requiere este mes 30 mil de estos aparatos, declaró el SCMP al sitio especializado EastMoney.
En el mundo globalizado, donde todos dependen de todos, China no puede atender esa demanda si sus proveedores le dejan sin partes, como es el caso de Suiza, al que Beijing ya le solicitó agilizar la entrega de partes para ventiladores.
Por esa causa Brasil ya volteó los ojos a sus productores nacionales, pues sus pedidos de alrededor de 15 mil ventiladores no están confirmados por los proveedores chinos.
Por lo pronto, la estadounidense Hamilton Medical AG, establecida en Suiza, señala que trabaja las 24 horas del día toda la semana para atender los urgentes requerimientos de España, Italia y Reino Unido, pero siempre dando preferencia al mercado local, indicó Swissinfo.
Andreas Wieland, director general de la empresa, consideró difícil que empresas como General Motors puedan en unas cuantas semanas producir ventiladores de calidad, como lo quiere el gobierno estadounidense.
Hamilton, de origen estadounidense, sacaba de sus talleres mil respiradores al mes el año pasado y ahora ha logrado triplicar la cifra.
Otro país presionado es India, el principal productor de hidroxicloroquina e importante de paracetamol, ante la estimación de que el primer producto ayuda en el tratamiento de COVID-19. Tras prohibir su exportación, la reabrió, aunque de manera regulada.
Mientras, Europa muestra diversos ritmos ante la pandemia. España, Francia e Italia, lo más afectados, reportan bajas en contagios o muertes un día, pero 24 horas después vuelven a subir, sin un panorama claro del «final del túnel».
España ve una incipiente, pero no consolidada, estabilización, y busca una pacto entre todos los partidos políticos para su reconstrucción económica y social, pero con el estado de emergencia en análisis de si lo amplía hasta el 10 de mayo.
Italia estima que aún mantendrá la permanencia en casa y en consecuencia el cierre de actividades al menos hasta el 3 de mayo, y Francia reportaba este jueves su primera baja en la admisión de pacientes para reanimación, una buena noticia, pero aún aislada.
Empero, la peor situación luego de tres meses la enfrenta Estados Unidos, que este jueves 9 reportó 6.6 millones de solicitudes de ayuda por despido, para el total de 17 millones en las tres semanas pasadas.
En el horizonte se perfila romper el 25 por ciento de la tasa de desempleo que se alcanzó en la Gran Depresión en la tercera década del siglo pasado, y dos millones más de personas sin trabajo sobre las cifras de la crisis de 2007 a 2009.
La ciudad y el estado de Nueva York se erigen como el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, con 45 por ciento del total nacional de decesos en el estado, según estimaciones de NBC.
En todo caso este jueves el estado de Nueva York reportaba siete mil 067 muertes, una cifra superior a la de muchos países en el mundo.