Uno de los recursos tecnológicos que ha crecido exponencialmente en los últimos años, es el uso de las redes sociales, como facebook, twitter e instagram, a traves de los cuales un acontecimiento importante o curioso publicado, en cuestion de segundos o minutos es conocido a nivel de un país o el planeta entero, y junto con ellos su natural evolución contraria y negativa, de los troll y bots, particularmente en el caso de la política, en coyunturas delicadas e importantes como en las pasadas elecciones de nuestro país, donde se evidenció la deshonestidad de los políticos cuyos lemas de campaña fueron precisamente combatir lo que hacían a través de las redes, la corrupción.
La difusión de información falsa o no comprobada ha invadido todos los ámbitos, incluidos importantes noticiarios y espacios informativos de la televisión abierta sin escapar a ellos, Televisa y TV Azteca. Entre los troll y los bots. Como lo explica en uno de los artículos publicados por el uruguayo, Alfredo Sabat, artista plástico y periodista del diario argentino La Nación, un troll es “una cuenta de una red social que puede tener o no una identidad real que la respalde que en general se usan para agredir, pero también para proyectar un trending topic”.
El periodista detalla que mientras más verosimil es el perrfil, mejor posicionados serán los mensajes y una sola persona puede manejar entre 10 y 20 cuentas ya que los bots son poco elaborados, se manejan en masa, automáticamente con un sofware y su efectividad depende de “la calidad de los mensajes y la atención que se preste a cada uno, logrando tener un perfil más creíble, por lo que una persona puede manejar coordinadamente miles de cuentas para colocar “temas en la lista de tendencias de la red social o aumentar la cantidad de seguidores en un usuario.
Con estos recursos tecnologicos se han construido infinidad de falsas historias que desafortunadamente se han propagado como “noticia viral” y, por ende, se han construido realidades ficción; es decir, en escenarios que la gente en general cree pero que no existen,que no son reales o, por lo menos, no han sido o no pueden ser demostrados. El desarrollo científico y tecnológico, pues, se vuelve en su contrario. Esta situación se ha convertido en un peligro para México, pues su uso, sobre todo en la coyuntura electoral ha llegado a ocupar dimensiones anteriormente inimaginables, estableciendo la posibilidad de que los electores emitan sus sufragios, no como se esperaría, en función de la simpatía, de su conocimiento real y de sus posturas políticas.
No es el único caso, pero se sabe con datos duros, que así fue proyectada la popularidad del actual presidente de México, Andrés manuel López Obrador, como un hombre inteligente, crecano al pueblo y enemigo de la corrupción, pero que hoy vemos, por sus posturas ideológicas y los resultados en su política económica y social, que ha resultado un verdadero fiasco, un desastre y una degradación no sólo de su persona sino de todo el pueblo de México. Nadie le tiene el menor respeto, se ha convertido en víctima de sus propios recursos tecnologicos y mediaticos. De la misma forma, por mezquinos intereses políticos se ha intentado construir una negra historia alrededor del Movimiento Antorchista, que con el esfuerzo de mexicanos humildes pero limpios y preocupados por un mejor país para todos, se ha venido ganando importante espacio en el ambito nacional, capaz de disputarle el poder a los demagogos de hoy para ponerlo en manos de mexicanos progresistas y de la clase trabajadora, con perversas acusaciones, de intermediarios, huachicoleo, enriquecimiento ilícito y cuanta patraña les ha venido en gana en su retorcida mente.
La intención es, evidentemente, atribuir a la organización mejor estructurada y más grande de México, responsabilidades total y absolutamente falsas, que sólo tienen como fin de manchar una imagen de 26 años de trabajo y lucha constante, pero que por su grandeza, ni con la guerra de “troles” o de “bots” lo van a lograr.