Todavía no inicia el proceso electoral que renovará alcaldías, diputaciones y gubernatura, y ya ambiciosos politiquillos y respetables actores políticos mueven sus pocas o muchas fichas, para verse en una boleta electoral el próximo seis de junio.
Entre los primeros aludidos hay pequeños extras.
De todos los partidos.
Hoy escribo de un panista.
Regidor síndico de Corregidora.
Voltea al grito de Carlos.
Se apellida Jiménez Rodríguez y fue delegado de la CEA en el pasado reciente.
Cómo trabajador y funcionario impactó a contratistas de la dependencia, pues al mismo tiempo estudiaba la licenciaturar de Derecho en una universidad sabatina.
Solicitó apoyos económicos y en especie para ocupar un sitio en la planilla de actual alcalde, Roberto Sosa Pichardo.
Se lo dieron.
Los engatusó, afirmando que el acuerdo político era que él, Carlos Jiménez, sería alcalde a partir de este 2021.
Además de que les daría contratos de obra para que financiaran su campaña.
No fue así.
Carlos Jiménez tiene un gris desempeño político y administrativo, que lo aleja de cualquier candidatura.
Pese a ello, en los últimos meses se ha dedicado a repartir despensas y mediante prácticas que rayan en el chantaje, exigir apoyos en especie a contratistas de.la CEA.
Y para no perder sus esperanzas de reptar en la administración pública, tiene como aliado incondicional al edil de Peñamiller, Juan Carlos Linares Aguilar, con quien comparte la delicada afición de tener juegos de adultos con jovencitos.
Linares Aguilar le envía periódicamente artículos de la canasta básica, para que arme despensas y entregue a corregidorenses.